sábado, 19 de julio de 2008

KNIGHTS OF METROPOLIS

Y no sé por qué tengo tanta ilusión. Pero es verdad, la tengo. Quizás porque en ellos se encuentre una parte de mi historia, la de la adolescente que leía la Superpop en el 'puente' de la entrada del colegio, con las amigas, poco antes de que empezaran las clases de la tarde. Tanto leer, pero jamás conseguí saber con exactitud quién es quien, a pesar de que me sé sus nombres de memoria desde hace 20 años.
Cuando leí la noticia en el periódico, un breve de apenas 50 palabras, pensé que era una inocentada. Sí, fue lo primero que pensé, pero luego me empezó a latir el corazón fuerte y a pensar... ¿y si fuera verdad?
Y hace apenas unas semanas, en ese mundo maravilloso que es la red, lo certifiqué: era verdad. Allí estaban los cinco, habían pasado dos décadas y la sensación era extraña. No estaban viejos sino mayores, cambiados; habían dejado de ser unos chavales para convertirse en adultos, algunos de ellos vendedores inmobiliarios con hijos, otros actores de poca monta, otros arquitectos afamados. Pero abandonaron su profesión, se pusieron los trajes blancos estilo Corrupción en Miami, y allí estaban, dispuestos a darse, a darnos, una segunda oportunidad.
De adolescente, eran los ídolos a seguir. Su forma de bailar nos marcó a todas y a todos (y quien diga lo contrario miente); mis primeros escarceos en la discoteca era con su música y allí todo el mundo intentaba imitar a los inimitables. Ahora, más moderados al bailar (no sé bien si es que el tiempo no pasa en balde o es que no lo ven oportuno), cada vez que hacen un movimiento, suben una mano o levantan una pierna, es simplemente emprender un viaje a días muy felices de mi vida.
Dirán que son horteras y que eran lo peor (qué pena de mundo esnob que no respeta las ilusiones arácnidas jamás), y sin embargo, con sus hombreras, sus tupés, sus pendientes en las orejas, sus enormes pantalones, reinventaron todo un género musical, el de los grupos que bailan (que lo habían creado los Jackson 5)... Sin ellos, ni los BB, ni los TT, ni las SG, ni nada similar, incluso Brit, no hubiera existido.
Gracias.

Let's do it, here we go!

viernes, 11 de julio de 2008

LA JUNGLA DE ASFALTO

Y sus animales ¿de bellota? A bordo del Spidercar, las misiones cada día son más difíciles. Todas las mañanas, me salen al paso todo tipo de animales, atacando, tocando las narices, persiguiendo.
Aparece la pantera, que cambia de carril con una rapidez sorprendente, conduciendo en zig-zag, decidiendo que quizás de esa manera avance unos metrillos.
También aparece el gorila, que va tranquilito en su coche mastodóntico, pero que en cuanto descubre las posibilidades de su vehículo, se pone tremendo, violento, avasallador y decide que eres tú el que ha invadido su espacio vital.
Después llega el perro, ese que decide que, por algún motivo, no hueles bien, y entonces decide ponerse detrás de tí, a apenas un milímetro para el mordisco, y no para de ladrar para que le dejes paso.
Por supuesto, el guepardo tampoco falta, corriendo que te corre, demostrando por qué es el animal más veloz, y si el resto de la sabana tiene que apartarse para que pase, no pasa nada, es la ley animal.
Y también está el león, ese que con un rugido de motor decide darse a conocer y recordarte, por supuesto, que es el rey de los animales y que un simple bocado puede matarte.
Cuando uno llega a la misión, se encuentra ya cansado, con tantos animales por el camino, derrotado de pelear. Y apenas han sido unos kilómetros por esa jungla de asfalto que se llama M-30.

"Jungle life / You're far away from nothing / It's all right / You won't miss home"